Blancanieves

Era fácil de prever: esta es, de lejos, la mejor Blancanieves del año. Si The Artist era una película comercial (maravillosa), ésta es una rareza. Una hermosa rareza. Al igual que en la peli francesa, aquí las imágenes son las que hablan (los intertítulos son pura estética) y eso obliga a Pablo Berger a explotar al máximo sus capacidades narrativas, le fuerza a sacar lo mejor de él y la película (al igual que la de Hazanavicius) se beneficia de ello. Y si esa capacidad narrativa va acompañada de una espléndida fotografía y de un montaje acojonante, entonces el conjunto alcanza una categoría superior.
Por cierto, entiendo el mordisco de Blancanieves a la manzana: de la mano de Maribel Verdú yo me como hasta el frasco del veneno.


Lo mejor:
la fotografía y el montaje.
Lo peor: mediáticamente The Artist le hace daño.

¡Di la tuya!