Mátalos suavemente

Tenemos un film con atracos, matones, timbas de póker ilegales y violencia. Si a eso le sumas a Brad Pitt, Ray Liotta y James Gandolfini ya deberías tener el peliculón asegurado. Pero a Mátalos Suavemente le falla algo. Tiene las piezas perfectas para ser una obra maestra, pero deja la sensación de que hay algo que no termina de encajar. Está a medio camino entre el cine de autor y el buen cine comercial. Ese medio camino que tan bien controlan directores como Tarantino, Scorsese o los hermanos Cohen. Pero en este caso al resultado final le falta personalidad. La apariencia es buena, los actores son geniales, pero su guión no termina de funcionar: tiene demasiados momentos de pausa que cortan el ritmo de la acción. Y eso te desconecta.


Lo mejor:
 un reparto de lujo.
Lo peor: sus diálogos interminables y, a veces, innecesarios.